martes, 12 de enero de 2010

Love at the finish line.

Este es un fragmento de una historia que escribí hace meses, creo que es una de las que mas me gustan.



Cuando escuche de sus labios aquellas palabras pensé que el mundo se me caía encima.
- me voy a morir...
- no es verdad, no es verdad, no es verdad- repetía una y otra vez en su oído mientras la abrazaba, fuerte, muy fuerte.
Ella sollozaba y eso me estaba rompiendo en trozos muy pequeños.
Esa noche se quedo a dormir en casa y dormimos abrazados, sin soltarnos, a pesar de que era verano y el calor que hacia.
No pude pegar ojo en toda la noche, las pesadillas me acechaban continuamente, mi subconsciente no estaba de mi parte, no esa vez.

Cuando bajemos a desayunar después de esa larga noche, todos se quedaron en silencio al vernos, cortando heladamente la conversación que mantenía.
Podía notar las miradas del servicio clavándose en mi nuca, sin miramiento ninguno.
Me pase el día haciendo gestiones, pensaba encontrar los mejores doctores, Angie iba a ser tratada por los mejores oncólogos del país, del mundo entero. Si hacia falta nos iríamos a la estación espacial si me prometían que la iban a curar.
Nada ni nadie me iba a separar de ella.
No, no después de un año de perfecta felicidad.

Los días siguientes fueron difíciles, nadie me prometía resultados, Angie flojeaba, aunque su sonrisa jamás desaparecía, al menos no mientras estaba conmigo, que era la mayor parte del día.

Papa solo me daba charlas, que si era la voluntad de dios, que si el tenia mejores planes para Angie que nosotros...
Lo dudaba, es mas, no creía que Dios pudiera tener planes mejores para mi futura esposa que los que yo le podía dar.
Me asustaba pensar ese tipo de cosas, pero no podía entender porque me la quería quitar de mi lado.
Me aferraría a ella, eso estaba claro, igual que ella se aferraba en darme toda la felicidad que se le puede dar a alguien.

- No llores por favor- me decía ella poniéndose seria.

No estaba todo perdido.
Nada estaba resuelto. Incluso ella lucia sus finos cabellos de oro, todavía.
Eso era una lucha, una lucha que ganar.
Nada iba a detenerme, NADIE iba a llevársela.

No se trataba de fe, ni de creer, ni de aceptar lo que viniera.
Se trataba de vida. Dulce vida.

4 comentarios:

  1. maldita Gina... me has hecho que se me salte la lagrimilla... TE ODIOOO! (ES BROMA, NUNCA!)
    enserio, me ha encantado!

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  2. esteeee.... me quedo a medias...no nos dejarás en la duda sobre si salvamos a Angie ?

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  3. *___* Me encanta! :D Escribes muy bien!

    Soy Júlia28 del foro njandtaspain que he encontrado tu blog en el post "Blogs! ;)"
    Te sigo! :D

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  4. Júlia!
    jo, grata sorpresa :]

    ¡Muchas gracias!

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